El Yoga mantiene el cuerpo alineado y en balance, clave fundamental para evitar y aliviar los problemas de rodillas. 

Según Sandy Blaine, autora del libro Yoga para unas rodillas sanas y co-directora de la Estación Alameda de Yoga in California:

“Practicar yoga es beneficioso para todas las articulaciones, pero particularmente para las rodillas ya que cada postura le ofrece a todo el cuerpo balance… Es mejor seguir una rutina más terapéutica y lenta”

Las rodillas son una de las articulaciones más complejas de nuestro cuerpo, formada por cartílagos, ligamentos, huesos, rotula, meniscos y músculos, entre otras partes; precisamente son esta cantidad de componentes los que hacen que las rodillas potencien las actividades de movimiento diarias, pero también son los que las exponen a sufrir de una gran cantidad de padecimientos como por ejemplo: a rotura de ligamentos, daño en los meniscos, atrofiamiento de rótula y problemas de índole muscular que pueden afectar a la calidad de vida. Es decir, que las rodillas soportan gran parte del peso mientras se camina e incluso el más mínimo dolor puede causar grandes dificultades para caminar.

El Yoga también es una forma efectiva y relajante de tratar el dolor de rodilla. Es una excelente disciplina que complemente la rehabilitación de un problema de rodilla, o bien, para fortalecerlas y prevenir futuros inconvenientes.

Para lograrlo, es vital cuidar las articulaciones mientras se realizan las posturas de Yoga, no forzando las rodillas y no distribuir la mayor cantidad del peso sobre ellas. Muchas posturas de Yoga requieren fuerza y ​​flexibilidad, lo que presiona las articulaciones en el esfuerzo por equilibrar el peso del cuerpo. Demasiada presión o esfuerzo aplicado constantemente a las articulaciones puede dañar los tejidos de las rodillas, los codos y las caderas con el tiempo, lo que puede dar lugar a dolor e inflamación. Puede originarse daño en los músculos, tendones o ligamentos de la articulación. Este mismo daño puede haber dado origen durante la vida cotidiana a un dolor de rodillas, aunque no hayas practicado Yoga o actividad física alguna. También ocasionado del poco movimiento de la articulación que atrofia la articulación.